EL PRECIO DE UN TOLEDO
La subasta fue más interesante de lo que esperábamos.
Realizada ayer sábado 27 de marzo como el segundo evento de la Galería Proceso, la subasta de 13 esténciles de Francisco Toledo de la Colección Norman Bardavid exige reflexión y análisis sobre dos aspectos esenciales: el valor-precio que le dan los mexicanos a un artista como Francisco Toledo, y el papel que juega la filantropía en la promoción artística
Filántropo y activista en la cultura de paz, Norman Bardavid arriesgó el valor económico de su colección, al decidir que se realizar la subasta de base $0.00 pesos aun cuando había muy pocos registros para participar en la puja.
Cómo él mismo señaló, tenía un compromiso con la Revista Proceso, con el periodismo libre -ya que el 30% del precio final significaba una donación para Proceso-, y con el muy reducido público interesado en adquirir una excelente pieza firmada por el prestigiado artista Francisco Toledo (1940-2019).
No es desconocido que la firma de un artista que ya trascendió puede llegar a cotizarse mucho más alto que cuando está en vida.
Por lo mismo, los esténciles que diseñó Francisco Toledo -y que, además, pertenecen a la primera etapa del proyecto que impulsó para apoyar la producción de papel del entonces Taller Arte Papel Oaxaca en el año 2000-, tienen un valor especial y, por lo mismo, deberían alcanzar una cotización de por lo menos entre $25 mil y $35 mil pesos. Y si bien es todavía un precio muy modesto -un artista mexicano emergente puede vender sus obras a partir de $20 mil pesos o 1 mil dólares-, sería adecuado por respetar la solidaridad social que siempre manifestó el maestro: sus esténciles estaban dirigidos a un mercado más masivo.
Sin embargo, es obvio que aun cuando en México la personalidad de Toledo es admirada, su obra no tiene todavía una cotización equilibrada a la calidad -originalidad, distinción, mexicanidad- de su creación.
Sirva entonces la subasta de ayer para reflexionar sobre los valores que le damos los mexicanos a nuestros artistas mexicanos.
Por lo pronto, si bien la identidad filantrópica de Norman Bardavid adquirió un gran valor por su congruencia y solidaridad con la misión de democratizar el artefirma de Toledo se redujo a cotizaciones entre $1mil 200 y $3mil pesos.
El arte, ya sea definido como ecosistema o como escenario, es un territorio imprevisible que parece imponerse con su propia autonomía. Por lo mismo, el destino de los esténciles que produjo Francisco Toledo en la primera etapa del proyecto destinado a apoyar al Taller Arte Papel Oaxaca, y que adquirió el coleccionista Norman Bardavid entre 2006 y 2007, apenas empieza.